17/06/2020
Las graves desavenencias con EE. UU. y sus aliados han llevado a la Federación de Rusia a reformar y potenciar sus Fuerzas Armadas. El empeño de las potencias occidentales en encorsetar a Rusia en el orden internacional liberal ha producido el efecto contrario. Moscú ha roto con la OTAN, ha buscado una entente con China, ha reforzado su perfil global y ha conseguido reconfigurar junto con Pekín un sistema internacional multipolar. Los éxitos militares en Ucrania y Siria le han permitido a Putin ampliar aún más su vector estratégico al Mediterráneo oriental, África e Iberoamérica. El instrumento militar ruso ha triunfado donde Occidente ha fracasado y ha aprendido a crear sinergias donde reina el caos. ¿No será ya tiempo de cambiar de estrategia y sustituir un modelo de confrontación por otro de coexistencia?
Documento elaborado por José Pardo de Santayana. Coronel de Artillería DEM. Coordinador de investigación del IEEE.