27/03/2012
El nuevo dirigente de Corea del Norte ha seguido la senda marcada por su padre y ha alcanzado un compromiso con EEUU para paralizar el enriquecimiento de uranio y las pruebas de misiles a cambio de 240.000 toneladas de alimentos en un año. El pacto, que permitirá el regreso a Corea del Norte de los inspectores del Organismo Internacional para la Energía Atómica, tiene un enorme valor estratégico para Asia y para el mundo.
En este documento, su autora, Georgina Higueras y Rumbao analiza como la baza nuclear es la única tabla de salvación dejada por el Querido Líder tras convertir el país en un gigantesco campo de concentración aislado y hambriento.