28/04/2020
Libia es el último ejemplo de la maldición de los recursos, pues esos recursos naturales la han llevado, en los últimos diez años, a dos guerras civiles: la primera en 2011, que finalizó con la caída de Gadafi; y la segunda, iniciada en 2014 y sin término aún, para luchar por el control del combustible. La obsesión de los actores por el petróleo ha convertido a Libia en un polvorín, donde lo único que está a salvo es el carburante. El recurso natural goza de un blindaje por parte de todos los actores, aunque a su vez es la razón por la que hay un conflicto. Si bien la inestabilidad actual libia ha de explicarse en base a otros factores, como la configuración tribal de Libia o la presencia del terrorismo, quizá la verdadera razón para la autodestrucción de Libia se deba a la obsesión por el petróleo, una obcecación que puede acabar por destruir el país.
Documento elaborado por: Ricard Suñer Marzari. Estudiante del doble Grado de RR. II. y Comunicación. Universidad Pontificia Comillas