10/11/2023
Con sus poblaciones envejeciendo y menguando con rapidez, las potencias de Extremo Oriente afrontan los primeros síntomas de una crisis demográfica de difícil solución. A medida que la esperanza de vida de sus ciudadanos se alarga y el número de nacimientos se contrae, China, Japón y Corea del Sur se asoman a una crisis cuyo impacto socioeconómico tendrá consecuencias imprevisibles. A la larga, esta dinámica amenaza con transformar sus sociedades en más envejecidas y dependientes, así como también en menos productivas e innovadoras.
Documento elaborado por